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javier parrado / nicolás suárez

"Un nuevo libro de partituras bolivianas es una gran alegría frente a tanta música perdida de nuestra historia"

El pianista y compositor Nicolás Suárez, músico de amplia trayectoria musical en diversos géneros y con un importante bagaje académico, presentó obras de su libro Música para/con piano, ejecutadas por él mismo y grandes pianistas del medio clásico y jazz del país, en el contexto del XIV Festival de Música Boliviana y Latinoamericana para Piano que se efectuó en el Conservatorio Plurinacional de Música. Ofrecemos dos textos introductorios que dan luces sobre la obra.

Para y con el piano

Javier Parrado Moscoso

 

Desde tiempos inmemoriales la música, efímera por naturaleza, sobrevive en las tradiciones orales, en manuscritos, en impresos y ahora en alguna nube, celular, disco duro o pendrive; en realidad son datos, enormes cadenas de números que quizá́ se desordenen y se pierdan. Por ello mismo, la partitura impresa es un estado de mayor belleza porque es un acto de fe; es un objeto que permite restituir una buena parte de lo que el compositor imaginó. Escribir una partitura es dejar un mensaje para un futuro intérprete con la esperanza de llegar a otros seres humanos y un nuevo libro de partituras bolivianas es una gran alegría frente a tanta música perdida de nuestra historia.

 

Nicolás Suárez Eyzaguirre, Nikopol o Nico para los amigos, nos regala un libro que reúne medio siglo de inventar, escribir, reunir, revisar y tocar música para y con el piano; pero, sobre todo, medio siglo de hacer música cultivando amistades. En un reciente podcast él dice de sí mismo: “atiende en su consultorio del barrio de Bolognia donde cura especialmente desgarros armónicos y cambios inesperados de ritmo y textura” y es justo decirlo, haciendo de paso cuanto favor puede a montones de angustiados músicos y amigos que pasan por su puerta.

 

Escuchar la “Fuga a 4”, como estudiante de Nico, fue toda una sorpresa. Comenzó́ la clase mostrando de lo que era capaz: tocando cada nota, cada modulación de cada episodio que separaban cada entrada e imitación del tema y, sobre todo, mostrando cómo sonaba el resultado final en su propia interpretación. En menos de una hora aprendimos que una fuga se puede escribir en poco tiempo, en estilo bachiano y sin grandes angustias.

 

Con el tiempo es posible descubrir que las partituras más personales de este compositor –paceño hasta la médula, que cruza a diario las fronteras entre la música popular, la academia, la enseñanza y la música de vanguardia– nacen cosechando “objetos encontrados” e hilándolos lúdicamente. Su obra “Reflejos del corazón en tiempos de pandemia” es la crónica de un caminar entre fronteras múltiples de tiempos y de estilos. Creaciones propias y citas hacen fluir del tiempo retratando claramente al compositor.

 

Los acordes iniciales reflejan a un músico que conoce íntimamente el rock y se atreve a citar más adelante unos arpegios de Bernard Herrmann dentro de un tejido hecho de los sonidos del siglo XX sostenido por khantus hechos de armonías que nos hacen recordar al Ravel que tallaba delicadamente cada acorde y textura en su piano de Montfort-l’Amaury, y –ahí está Nico otra vez- lanzándonos sonoramente una cita melódica tras otra con ese humor delicado, fugaz y de gran ternura. Es él charlando entre amigos.

 

En un inesperado compás, se desliza un distante blues nacionalizado por el huayño y un insospechado cluster nos anuncia otra de las constantes en la música de Nikopol: una textura que solamente la puede escribir alguien que ha tocado y bailado sicureadas en lejanas comunidades del altiplano paceño o agitadas entradas folklóricas. De pronto, lo escuchamos evocar alguna banda sonora de la nouvelle vague para transmutarla luego en un huayño raveliano que tal vez sonó́ un solitario pianista de jazz, como esperando a Miles antes del amanecer.

 

En su retirado consultorio de Bolognia el compositor que cura los desgarros armónicos; entre libros, manuscritos, fotocopias, vinilos, discos, cintas, partituras, computadoras y teclados pacientemente deconstruye aquellos ecos que le quedan de la academia (licenciatura en la Universidad Católica de La Paz, maestría y doctorado en Washington) y los sonidos encontrados en su paso por los submundos de la música popular, folklórica y contemporánea.

 

El suareziano concierto para piano y orquesta escrito hace más de cuarenta años que titula Imaraicu Jinakanki (¿Por qué́ eres así́?) nos acerca a una esencia que responde al título de la obra: eres sencillamente así́, eres el eterno retorno a las armonías triádicas, a los destilados rítmicos del folklore, a los aleatorismos y ruidos más humanos de las vanguardias del siglo XX, a las energías del rock, a la inocencia de la infancia y finalmente, a las cálidas sicureadas de las tierras altas.


 

Notas Previas

Nicolás Suárez Eyzaguirre

 

Música para/con piano es prácticamente una antología de mis composiciones para piano, creadas desde 1972 a 2020. Todo se inicia en el afán mío de aprovechar el encierro para ordenar y organizar mi producción musical en general, pero más específicamente, aquella para piano. Encontré́ en principio muchas piezas sueltas interactuando entre ellas, todas diferentes, pero del mismo origen, de la misma procedencia. Pero lo más maravilloso fue que encontré́ una historia detrás de cada una; descubrí́ una fuerte conexión entre estas partituras que juntas plasmaban una crónica musical que valía la pena contar.

 

Una a una fui reconociéndolas, tocándolas, recordándolas y dándoles vida nuevamente. Tuve que revisar y reescribir muchas de ellas. Tenía reunidas cerca de 40 piezas que me representaban, que hablaban por mí de toda una vida de música. 40 piezas que me miraban vestidas con su mejor indumentaria, pero eran demasiadas para considerarlas en un solo libro, así que decidí separarlas en dos partes: una primera a la que titulo Música para/con piano, que presento ahora, y una segunda que publicaré en unos meses y que titularé Blues en las rockas, song book.

 

Cuando trato de explicarme o definirme mantengo la creencia que mi cuerpo se sostiene musicalmente sobre dos columnas: la música popular, por un lado, y la música clásica o académica por el otro. Música para/con piano representará toda mi producción para este instrumento en el área de la música académica con 16 piezas, algunas de ellas en varios movimientos y Blues en las rockas, Song book representará mi producción en el área de la música moderna o popular, con una gran inclinación hacia el blues, el jazz y la música fusion folk-rock, con 22 piezas.

 

Música para/con piano reúne principalmente 10 piezas para piano solo, tres piezas para voz y piano, una pieza para actor y piano, una pieza para piano y ensamble de percusión, y una pieza para piano y orquesta sinfónica. Ofrezco una variedad de posibilidades y de enfoques de composición: una fuga tradicional barroca a cuatro voces, un tema con variaciones, una pieza para piano preparado, un set de piezas que enfocan la simetría desde diferentes puntos de vista, una composición dodecafónica (en la cual fijo mis propias reglas), danzas cantadas con piano (una morenada mezcla de un bolero de caballería y un auqui auqui, una cueca, un danzón, un aire de bailecito), una pieza para actor y pianista basada en la improvisación, una obra politonal para piano y percusión y finalmente una obra impresionista con toques andinos para piano y orquesta. Y lo más interesante es que ustedes podrán escuchar todas estas piezas en Youtube a través del link anotado al pie de la segunda página del índice.

 

El piano fue siempre mi vehículo de expresión y el instrumento de arranque en mis composiciones. En muchos aspectos fue mi guía y sostén. Entre todos, invariablemente, apasionadamente, escogía las teclas, ya sea que vengan empacadas como un órgano, armonio, melódica, clave, piano o sintetizador. En ellos practicaba mis ejercicios y plasmaba mis ideas. Desde que me acuerdo, siempre he tenido un piano a mi lado, un piano sampler player o un teclado.

 

Agradezco a Dios por permitirme seguir adelante, a mis maestros y colegas por mostrarme constantemente el camino y los pasos a seguir; y a todas las instituciones y personas involucradas en este proyecto: a la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, por su significativo aporte; a mi familia, por su constante apoyo; a Gladys Cruz, por su bello diseño y hermosa ilustración; a Javier Parrado, por sus palabras; a todos los músicos e intérpretes que participan en la grabación de las obras; a todos los técnicos de sonido y filmación por su soporte y trabajo profesional para que este proyecto salga a luz. La creación es nuestra mejor respuesta a la crisis.

 

Encontrarán ustedes en este libro un acápite de descripción de cada una de las piezas, sin embargo, este análisis, que es más una explicación, solo es en realidad un capricho mío para compartir mis travesuras y contarles mi propia experiencia al utilizar una y otra técnica, una y otra teoría, experiencia que, finalmente, no termina de descubrir la pieza en cuestión, sino presenta tan solo una más de sus motivaciones. Un cordel de teclado ha causado el movimiento de un trompo que simboliza el juego y la música en el tiempo. Como bien diría Roberto Valcárcel: “Una vez usada la escalera de la teoría para llegar al techo del placer estético y cognitivo, ya no la necesitas: botas la escalera y miras las estrellas” (Valcárcel, Tomo 2: Escritos, Pág. 006).


 

Programa.

Jueves 26 de septiembre de 2024

 

1.   Volviendo en Sol (2´37) (Piano: Patricia Bedregal)

2.   Tras una gota de lluvia. Para piano preparado (3´30) (Piano:  Patricia Bedregal)

3.   Danzón del oso con capa y la ardilla voladora (4´20) (Piano: Nicolás Suárez E.)

4.   Benjamín (3´14) (Piano: Heber Peredo)

5.   Vertiente (3´18) (Piano: Luis García)

6.   Irrupción (2´20) (Piano: Alejandro Argollo)

7.   Una + uno = todo. (2´18) (Piano: Alejandro Argollo)

8.   Neuquén (3´30) (Piano: Facundo Chavez)

9.   Ozono (2´20) (Piano: Facundo Chavez)

10.Vivir feliz (2´47) (Piano: Nicolás Suárez E., Voz: Sonia Rolón)

11.Si he de partir (3´21) (Piano: Freddy Vino, Voz: Marcelo Aguilar)

12.Ampe Kholila (3´15) (Piano: Freddy Vino, Voz: Sonia Rolón)

13.Cuánto. Para piano y actor (8´00) (Piano: Nicolás Suárez E., Actor: Alejandro Viviani) 

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