Zur es un proyecto musical que difunde la cueca en todas sus dimensiones: danza, música y poesía, a través de conciertos didácticos, investigaciones musicológicas, un documental y un libro en proceso, talleres y –recientemente– el videoclip de la canción original Carmen Pilar, que expresa la propuesta en música popular de dos músicos “zureños” de amplia trayectoria: Verty Bracamonte y Pablo Íñiguez. Acerca de este abarcador proyecto multidisciplinario conversamos con los músicos chaqueños.
Fotos: Lucho Domínguez
- ¿Cómo nace el proyecto?
- Pablo Íñiguez. Nos conocimos compartiendo el gusto de hacer la música de nuestras ciudades natales: cueca, chacarera, zamba y músicas latinoamericanas. Verty, desde la perspectiva audiovisual, se encarga de asumir un rol de documentalista del género de la cueca desde las entrevistas a los máximos exponentes, con una mirada integradora de la cueca de nuestro país. Yo investigo desde el material existente hasta las raíces mismas de un género vivo en Bolivia, con más potencial del que creemos o conocemos.
- Verty Bracamonte. Nace a partir de encuentros casuales con Pablo Íñiguez, Daniel Pérez (guitarrista y arreglista) y otros músicos en casa de Juan Bustillos (escultor), el Museo Búho Blanco. Cada cual venía con un camino recorrido en la música popular folklórica boliviana y latinoamericana, desde nuestras regiones y a través del repertorio popular del valle boliviano y del Chaco boliviano y argentino. Así logramos encontrarnos en una estética y elegimos para empezar canciones inéditas de autores populares y de autoría propia. Posteriormente, Zur pasó a formato dúo y comenzó al desarrollo en paralelo del concierto pedagógico “El viaje de la cueca”, que reúne el repertorio más representativo y revisa la historia de los patrones musicales antecesores en busca de encontrar en la audioperceptiva abordada en la pedagogía de Pablo Íñiguez, la configuración de nuestra cueca actual.
- ¿Cuáles son los objetivos del proyecto multidisciplinario Zur?
- P.I. Mostrar la historia de la cueca mediante un viaje sonoro desde sus raíces. El mundo se movía a otra velocidad hace cien años y la convivencia sonora nutría a las músicas emergentes. La cueca es landó, zamacueca, jota; es África, España y el nuevo mundo. La música no conoce fronteras por esa razón nuestra propuesta es un viaje a través de la historia mediante estos ritmos que conforman los genes del género.
- V.B. Buscamos una nueva aproximación estética al repertorio de la música tradicional boliviana, haciendo un énfasis particular en la cueca, con un enfoque actualizado, sin perder su esencia. Las tres dimensiones de la cueca: danza, música y poesía requieren un tratamiento integral; Zur nace para abordar estas dimensiones de manera profunda y accesible a la vez.
También buscamos reconocer y respetar el trabajo de nuestros antecesores ya que allí existe una musicalidad particular y una narrativa identitaria que nos permite proyectarnos con responsabilidad hacia el futuro, pero hablando del presente, de lo que nos sucede ahora.
Otro de los grandes objetivos es la recopilación de las 100 cuecas fundamentales de la historia boliviana, transcritas en formato estándar para guitarra, bombo, voz y piano. Creemos firmemente que la sistematización garantiza una larga y sana vida a una cultura viva. Desde su práctica, tanto del baile y de la música, como desde la escucha atenta, podremos tener la oportunidad de orejear las historias de nuestros antepasados.
- ¿Qué pueden adelantar de los primeros resultados de su investigación?
- P.I. La convivencia sonora del mundo afro, español y criollo indudablemente dieron lugar a la cueca actual; lo criollo y español están a la vista, pero el elemento que se perdió en el camino es el africano. Ir detrás de estas pistas es realmente apasionante, porque se encuentran dentro de las propias canciones del repertorio de la cueca latinoamericana.
- V.B. Uno de los hallazgos etnomusicológicos interesantes es la migración de las narrativas y sus respectivos materiales melódicos, armónicos y rítmicos. Los viejos cancioneros revelan un mapa sonoro que nos muestra unos caminos que van desde Potosí hacia Charcas, y de allí hasta las actuales Tarija, Cochabamba y La Paz. Podríamos decir que las variaciones armónicas son muy escasas y tienen una clara influencia occidental. Las variaciones melódicas llevan en su genética rasgos españoles que acusan una jota, en ella ya habitaba un mundo negro de manera implícita, que vuelve a encontrarse en América.
Con el surgimiento de las repúblicas aparece la samacueca, que hasta finales de siglo XIX se posicionó en casi todo el continente sudamericano dando paso a apropiaciones locales con pequeñas variantes en acento y velocidad que aún persisten. Las letras suelen cambiar solo en la primera estrofa y la repetición de los dos últimos versos da forma a una sextina o sextilla. La quimba es otra de las grandes particularidades de nuestra cueca boliviana. Podemos encontrar una clasificación actual en las competencias de guitarra clásica y popular que se realizan en Tarija.
“Queremos contar la historia de la cueca con música e imagen, con danza y poesía”.
Bien al Zur
Verty Bracamonte es músico y comunicador audiovisual, nacido en Villa Montes (Gran Chaco, Tarija). Su carrera está vinculada al trabajo social desde la educación y el uso de tecnologías y el arte como herramientas de transformación. Vivió los últimos años en Argentina donde trabajó y se formó como músico y tallerista.
Pablo Íñiguez nació en Bermejo (Aniceto Arce, Tarija), es baterista y percusionista formado en música popular, jazz y afrolatina. Realizó estudios en Argentina, con participación activa en festivales culturales de Bolivia, Argentina, Chile, Uruguay y giras por Europa. Trabajó con artistas como Nito Mestre, Carlos Fischer, Adrián Barrenechea, Silvana Marrero, Altiplano, Andesol y Jenny Cárdenas. Participó en la Orquesta Sinfónica Nacional de Bolivia y en la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz, dónde también fue docente. Actualmente es profesor de música en el Lycée Français de Santa Cruz y dirige el proyecto educativo y de medioambiente La Revuelta.
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