Este texto plantea una lectura a un libro de lecturas: Una y misma cosa. El siglo de Jaime Saenz. Se trata de una aproximación al volumen que recoge las ponencias de un encuentro que en 2021 reflexionó sobre la vida y obra del escritor paceño, con motivo de su centenario.
Una y misma cosa. El siglo de Jaime Saenz, el libro memoria de las VI Jornadas de Literatura Boliviana, editado por Martín Zelaya y publicado por 3600 es, en rigor, un documento de historia intelectual tejido con distintas voces y con variadas perspectivas para entender el proceso de constitución de una voz poética y narrativa que tiene como protagonista a Jaime Saenz.
En un sentido lineal, el libro se esfuerza por recoger en su interior acercamientos y problematizaciones que indican la importancia del autor en general y de ciertos libros suyos, en particular. Así, no es un simple recuento bibliográfico, ni un salud en nombre de la novela Felipe Delgado. Es más bien, la construcción de un cuerpo teórico y empírico que demuestra la importancia de Saenz para la literatura boliviana y latinoamericana.
No se puede pensar sin ejemplos, parece sostener el libro como subsuelo investigativo; y es verdad, porque en la mayor parte de las ponencias que se recogen, lo que se encuentra es un estudio de ciertas particularidades que se hallan en determinados libros; pero, como los autores se apresuran a decir, son esas particularidades las que conforman un vocabulario de sentidos y estrategias que se convierten en el estilo y en el modo que el autor tiene al momento de representar y construir un lenguaje literario sobre la realidad. Así queda, una vez más demostrado que Saenz, en lugar de ser un puñado de poemas, o una serie de cuentos y algunas novelas, es una literatura.
Una literatura que define sus propios modos de organizar y referenciar la propia literatura en su interior. De manera que lo que tenemos es una evaluación de lo hecho por Saenz, pero también una periodización sobre los modos en que la crítica literaria y el periodismo cultural se acercaron a él. Primero como autor, luego como mito y después como creador de un sistema literario que marcó época, generaciones e influencias.
Una y misma cosa, demuestra el alcance de lecturas que puede tener un autor que encandila, asusta y luego se convierte en sustantivo por la cantidad de puertas y caminos que abre para que tanto la prosa como la poesía transiten hacia nuevos escenarios de representación, imaginación y transfiguración de la realidad, a partir, de un lenguaje, de un ritmo y de una cadencia propias que al intentar ser imitados, por deseosos continuadores del legado, pasan a ser figuras heladas de una retórica que en lugar de ser plástica, se convierte en anquilosada.
Hay documentos inéditos –y otros que no lo son tanto– en el libro, que sirven como antecedente de quién fue Saenz y cómo se movió por el campo literario boliviano. Y también de cómo él mismo construyó un cierto sistema literario desde los Talleres Krupp, cosa que puede seguirse hacia nuevas indagaciones con el fin de reconstruir una época creativa para la literatura y, sobre todo, para la poesía en el país. De esa manera, se marca también el momento de iniciación que puede ser Una y misma cosa para aquellos que todavía no ingresaron al universo construido por Saenz, el cual, dicho sea de paso, en el presente volumen pasa a ser revisado para dar cuenta del sentido y valor de lo mítico en su obra y figura.
Entonces, en el libro se procesa a momentos una desmitificación del sentido común que sobre el autor se ha tejido desde mucho antes de su muerte. Hay una mirada nueva y distante del autor en tanto creador, lo que ayuda a dimensionar mejor el júbilo de su obra. Por ello no cabe pensar que es un libro en el que se rinde tributo sin dudar. Es un libro reflexivo y anecdótico, pero programático. Establece rutas por las que podría transitar la crítica de aquí en más.
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