Desde Puerto Tirol, Argentina, donde hace poco participó de la II Bienal de Muralismo y Arte Público Latinoamericano, Leonel Jurado Pajsi habla de su trabajo, su rebeldía y de su resistencia a llamarse a sí mismo artista.
- ¿Cuáles son los conceptos estéticos y políticos con los que trabajas?
- Soy trabajador del arte muralista, utilizo bastante el recurso del realismo para generar empatía, aunque manejo todos los estilos. Me gusta experimentar con la estética, contrastar los materiales nuevos y clásicos. Debo ser un “chenko total”, no me etiqueto en ningún parámetro.
Hace tiempo hice un manifiesto llamado No soy artista, refiriéndome a los artistas que se elevan “al infinito y más allá” y no muestran compromiso con la sociedad y los cambios que se han venido llevando a cabo y solo se presentan a concursos que son como una lotería para bañarse en fama, al estilo de Mamani Mamani, puro show. Gente que aprovechando sus influencias consigue trabajos gigantes con el Estado. Por eso decidí no etiquetarme como artista.
Políticamente debo ser de todo menos, obviamente, de la llamada derecha. Tuve acercamientos desde colegio con unos amigos peruanos que me buscaban para hacer afiches de los cuales no tengo registro, no entendía mucho el contexto político, pero ya después me fui afinando... provengo de familia de provincia, mi padre es de Aygachi y mi madre de Achacachi, y por eso soy más allegado al pensamiento del Mallku Felipe Quispe que era un tío lejano por parte de mi madre. Lo estuve apoyando al Mallku en su campaña hasta que falleció.
- ¿Cómo evalúas el movimiento del muralismo en Bolivia y en Latinoamérica?
- El muralismo en Bolivia está en un nuevo proceso debido a los encuentros organizados por el grupo Apacheta (N. d. E.: colectivo de muralistas con repercusión latinoamericana, activo desde 2006), en los que participan muralistas destacados de varios países que dejaron escuela y experiencias.
En Latinoamérica existen referentes grandes que siguen haciendo mural bajo la línea del muralismo como tal, por ejemplo, en Argentina con el “arte público”. Ahora existe una lucha entre el mural y el street art (N. d. E.: arte urbano o arte callejero), las nuevas generaciones prefieren el street porque es más inmediato e impacta más.
- ¿Cuáles son los espacios laborales para el muralismo en Bolivia?
- Tengo que decir que no existen espacios como tal, ni tampoco una política cultural. Me estoy dedicando a hacer pintura publicitaria, a pintar restaurantes, algunos negocios. Lo bueno es que dan libertad, y yo propongo y salen cosas interesantes. Siempre trato de meter el tema de la identidad, lo que somos, y en eso estamos. Desde hace algunos años, cuando es posible, trabajo con mi esposa, Isabel Aguilar, que es artista textil, y firmamos nuestras obras como Willka Ajayu.
Pero para el mural como tal no existe; tienes que tener aval político y mi pensamiento no va con eso. El gobierno siempre quiere que se lo hagas un afiche y te dan parámetros sus parámetros. La alcaldía (de La Paz) es de lo peor, hacen lo contrario a lo que se tiene que hacer, ahora hay denuncias de que no pagaron algunos murales, e incluso de que están destruyendo murales que estaban en la Alcaldía. Son cosas medievales que están pasando ahora. Ojalá eso se redireccione y podamos presentar proyectos.
- ¿Qué planes y proyectos tienes para este año?
- Estamos como invitados en una bienal en Argentina. Me gustaría que me llegue una carta en que el Estado Plurinacional me invite a pintar un mural, pero no; en cambio, me llegó una carta del gobierno de Argentina que me invitó a pintar un mural en Buenos Aires en conmemoración de la Guerra de las Malvinas. Son cosas extrañas, ¿no? Volviendo me voy a Perú, y para la segunda quincena de agosto tenemos que hacer un mural en Iquique, Chile. Estaremos allá hasta octubre o noviembre pintando tres edificios.
“Me gustaría que me llegue una carta en que el Estado Plurinacional me invite a pintar un mural, pero no; en cambio, me llegó una carta del gobierno de Argentina que me invitó a pintar un mural en Buenos Aires en conmemoración de la Guerra de las Malvinas”.