Autores, libros y editoriales bolivianas se llevan la flor en la feria, pero los lectores también queremos aviarnos de las novedades extranjeras. Van acá algunas pistas.
En la Feria Internacional del Libro de La Paz, siempre hay opciones, ofertas y “joyas” escondidas entre anaqueles. Hace muchos años –lo dijimos ya y vale reiterarlo– el centro de la atención se lo lleva la literatura nacional, los autores y las editoriales que lanzan el grueso de su producción anual. Y eso está muy bien. Pero no hay que dejar de lado el trabajo de librerías y distribuidoras que también apuntan a traer para este evento las novedades más esperadas del mercado internacional. En esto nos detenemos ahora.
En esta XXVI FIL paceña se ve una revitalizada oferta internacional gracias a dos estands debutantes: Archivo Entheos, ubicado al fondo del segundo piso del Pabellón Rojo, y Falso Afán, que expone en el lateral externo del segundo piso del Pabellón Amarillo.
En el primer caso, hay que decirlo, se trata de una de las más gratas sorpresas de los últimos años. Hay casi 1.800 libros de una veintena de editoriales argentinas (Eterna Cadencia, Cuenco de Plata, Interzona, Caja Negra, etc.) y mexicanas (Era, Almadía, Sexto Piso, etc.), más allá de obras de las multinacionales Random House y Anagrama y Seix Barral, entre muchas otras.
Recomendamos La vuelta completa (Seix Barral) de Juan José Saer, la segunda novela del extraordinario autor argentino, cuyos libros son casi inhallables en Bolivia; y una joyita: sus Cuentos completos, editados por la misma editorial y con prólogo de Fabián Casas. También está la gran novela de terror gótico Nuestra parte de noche (Anagrama) con la que la argentina Mariana Enríquez ganó el Premio Herralde y se consolidó a nivel internacional, luego de que ya había mostrado su talento con grandes libros de cuentos.
De Random House, destaca una media docena de novelas de Aira, incluyendo la recopilación 10 novelas (no hay que olvidar que el prolífico argentino tiene más de 100 títulos publicados en casi 40 años); tres libros de Cheever (maestro del cuento estadounidense): Diarios, Cartas y su última novela ¡Oh, esto parece el paraíso! Cerramos con la Trilogía involuntaria del enorme Mario Levrero (esta última en Debolsillo).
Pero el grueso de la oferta en este estand (que tiene muy buenos precios) está en las editoriales independientes arriba detalladas: ensayo y narrativa para todos los gustos. Mencionemos varios libros de los maestros mexicanos de la no ficción, Carlos Monsiváis y Sergio Pitol en ediciones Era y dos novelas que dieron mucho que hablar en los últimos años: Desierto sonoro, de Valeria Luiselli y Furia de Clyo Mendoza, ambas en la editorial Sigilo.
Libros a domicilio
Falso afán es una encomiable iniciativa que desde fines del año pasado tiene una oferta que no se puede rechazar: libros de Argentina (editoriales gauchas y de otros países disponibles en Baires), por pedido. Búsquenla en las redes sociales, pero antes, no dejen de ir a ver su inventario en el Chuquiago Marka.
Recomiendo con ganas Stoner (Fiordo), de John Williams, una estupenda novela de culto, que por muchos años fue casi desconocida. Con una prosa cautivadora se cuenta la historia de un docente que pasa por la vida condenado al desamor y la rutina (es mucho más que esta pobre síntesis, se los aseguro). También está La voz extraña, de Fabián Casas, en la clásica colección de ensayo de la Universidad Diego Portales, en este caso, con selección y edición de Leila Guerriero. Casas es un maestro del humor y la simplicidad en sus artículos y crónicas que se leen compulsivamente.
Para los amantes del ensayo y crítica literaria, hay dos estupendos libros del gran Piglia en Eterna Cadencia: Teoría de la prosa, que recoge sus reflexiones sobre la obra de Juan Carlos Onetti; y Las tres vanguardias, en la que explora los universos Saer, Puig y Walsh.
Hay un par de Lydia Davis y otro tanto de Joan Didion, a gran precio, y títulos como La casa en llamas, de Ann Beattie; Cometiera, de Dolores Reyes; Hija de sangre y otros relatos de Octavia E. Butler y Varia imaginación, de Sylvia Molloy. Además, una veintena (o más) de títulos sobre feminismo y una buena oferta de libros infantiles (de buenos libros para niños y adolescentes, hay que decirlo, no del clásico refrito de Disney para salir del paso). Ah, y no menos importante: Falso afán tiene en esta feria una gran novedad nacional: Hemos sido felices por mucho tiempo (Parc), de Mauricio Murillo.
Fuera de ello, no hay que olvidarse de las clásicas librerías importadoras: Yachaywasi, El baúl del libro y Solo libros. La oferta es muy, muy amplia, pero, sin que esto la desmerezca, es la habitual que se puede hallar durante todo el año en sus anaqueles.
Destaquemos de Yachaywasi su gran colección de Anagrama, empezando por Poeta chileno, la multipremiada y elogiada novela de Alejandro Zambra y la extraordinaria Todos nosotros, que reúne la poesía completa de Raymond Carver; como siempre, casi toda la obra de Bukowski, Nabokov y Auster; muchos libros del buen Julian Barnes y Modiano. En Debolsillo, las completas colecciones de clásicos: Vargas Llosa, García Márquez, Marías, Benedetti, Saramago y las mucho más recomendables de los fabulosos Cormac McCarthy y David Foster Wallace.
De Solo libros baste mencionar también su ampuloso stock de Debolsillo (libros compactos, a buen precio) de Philip Roth, Coetzee y Cortázar, entre otros. Y del Baúl del libro, que confirma su tendencia de hace ya un par de años de optar más por libros técnicos en desmedro de la literatura, destaquemos dos novedades del último Premio Nobel Abdulrazak Gurnah: Paraíso y A orillas del mar.
Para cerrar, no hay que olvidar que la editorial El Cuervo también tiene sus anaqueles con novedades importadas: hay una nutrida selección de libros sobre música (destacan Esta noche toca Charly y Crónicas I, de Bob Dylan), hay dos libros de la siempre atendible Margo Glantz: Genealogías y Yo también me acuerdo, y la estupenda compilación de prosas ensayísticas Somos luces abismales, de Carolina Sanín.
Esito sería. Pero con toda seguridad se me pasaron muchas cosas (como el estand del Fondo Económico Editorial, por ejemplo), así que a correr que aún quedan varios días de feria.
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