La espiral constructiva
- keila vásquez ledezma
- 5 abr
- 3 Min. de lectura
Una interpretación de Antología del neoindianismo, de Pablo Velásquez, que la gestora cultural alteña Keila Vásquez Ledezma leyó en la presentación del libro en la FIL El Alto 2025.

La producción ensayística de Pablo Velásquez es un diálogo dinámico de la realidad indianista; su historia, sus contradicciones, sus figuras relatadas no como meros personajes que puedan ser nombrados de forma escueta, son asumidos en el respeto de su coexistencia con el autor, lo cual es interesante para una lectora ignorante del indianismo.
Mis acercamientos al indianismo han sido a través de la descolonización del cuerpo y los libros y experiencias de mi padre y tíos; sus relatos, vivencias, etc. Cuando le pregunté a mi padre el 2002: “¿por quién votarás, papá?”, “por el Mallku, Felipe Quispe”, decía bien orgulloso y yo con seis años no sabía quién era. Ahí me enteré. Ya mucho mayor, tuve una mejor idea con el libro La revolución india, de Fausto Reinaga y con los concursos intercolegiales con preguntas sobre el pensamiento de Fausto Reinaga. Luego vinieron los acercamientos a los libros de Carlos Macusaya y de Quya Reyna.
Volviendo a Velásquez –porque ahora se trata de su libro–, el relato en primera persona es para mí una elección adecuada para tener una lectura con conexión genuina; digamos que así puedes tener una lectura honesta del libro que quieres leer, lo cual se agradece. Lo digo porque, en sentido didáctico, leer historia escrita en formato ensayo puede a veces ser complejo para algunos-muchos que no somos ávidos lectores; pero el libro, creo, logra encajar con aquellos estudiosos y no estudiosos del indianismo. Entra en la espiral constructiva de que el indianismo lograría ser un proyecto de sociedad, juntamente con el ojo observador y de monitoreo a la forma sistemática de cómo el MAS y algunos otros más han instrumentalizado el indianismo.
Quedan las cuestionantes que plantea el autor que, como filósofo, te perfora la neurona. Como me ha pasado con el breve ensayo sobre feminismo. Yo estaba lista para refutar, y más que bien me ha ayudado a complementar aquello que viene divagando en mi cabezota tozuda, eso que me molesta cuando una compañera feminista blanca estudiosa me dice cómo tengo que hacer mis acciones feministas en El Alto, y lo peor, se lo dice a mis compañeras. Aunque también, ¿cuál es el rol del hombre aymara frente a la violencia a la mujer aymara? (dudas que se me vienen ahorita).
Lo único que creo con lo que puedo diferir es el tono sarcástico y hasta irónico en su narrativa, pero, a momentos creo que puede ser una herramienta más del autor. Me ha sacado sonrisas en algún momento, me ha hecho recordar al Ibargüengoitia mexicano.
Sobre la editorial, no estoy segura si utilizar la IA sea adecuado para la portada, pero me sorprende cómo la IA ha formulado una imagen que compenetra la idea del autor o al menos te llama la atención con el título de Antología del neoindianismo. Queda aceptarlo.
Último. Recién nomás leí un post en Facebook que decía que la versión de esta Feria Internacional del Libro de El Alto está siendo muy indianista o con poca presencia literaria. Mi primer pensamiento fue: ¿y? Para mí, libro es libro, pero si en esta versión hay una necesidad expresada en su libertad territorial librera, es de aplaudirse.
Eso… y gracias por elegir a esta educadora para presentar este libro. Enhorabuena a la editorial Nina Katari por esta publicación.
Cómprense el libro, léase el libro y archívese.
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