Con más de 47 años en escena y 53 discos en su haber, Savia Andina es una institución de la música boliviana. La Trini conversó con el cantante y guitarrista Gerardo Arias Paz y con el percusionista Óscar Castro, dos de los fundadores de la agrupación, poco antes de sus dos conciertos en el Teatro Achá de Cochabamba.
- ¿Cómo se siente volver a dar conciertos con Savia Andina?
- Oscar Castro. Todo se está reactivando de a poco, porque la pandemia ha sido un golpe muy duro para un rubro como el nuestro, que ha sido el primero en parar y el último en reactivarse. Pero este camino nos permite viajar por algunos lugares y trabajar en Bolivia poco a poco. Entramos a este teatro [Achá] después de tres años. Este teatro permite una comunión muy buena con el público.
- Gerardo Arias. Estamos después de mucho tiempo en Cochabamba en este lindo teatro, que es especial. Aquí andamos con nuestros compañeros con la premisa que siempre hemos tenido: integrar Bolivia con la música. Creo que esa es la labor de todos los músicos, cada uno en su campo, y Savia Andina lo viene haciendo desde hace 47 años.
- ¿Cuál es el repertorio que están presentando?
- G. A. En estos conciertos haremos una pequeña historia de Savia Andina. Desde los primeros temas grabados, y progresivamente hasta lo último que hemos hecho. Obviamente los temas clásicos del grupo que siempre nos piden.
- ¿Cómo está formada actualmente la banda?
- G. A. La banda está renovada, de quienes hemos empezado a caminar solo quedamos Oscar Castro y yo. Han entrado otros músicos, pero siempre mantuvimos el estilo del grupo. Está mi hermano Rafael, hace mucho tiempo ya, en guitarra; y luego hay gente joven: Edwin Herrera en los vientos, David Pérez en el charango y mi hijo, Martín, en el bajo.
- ¿Cómo ven el panorama del folklore y de la música tradicional en Bolivia?
- G. A. Yo creo que hay ciclos. Recuerdo cuando Los Jairas: Ernesto Cavour, Yayo Joffré… abrieron las puertas para el folklore boliviano afuera y marcaron una etapa, un ciclo. Luego de ellos vinieron otros grupos. Nosotros hemos entrado también con Los Kjarkas, y otros grupos que todavía están vigentes. Pero ahora hace falta una nueva propuesta en la gente joven, siempre manteniendo raíces pero adecuándose también al tiempo, a las exigencias del público, a cómo todo cambia, sin desvirtuar, ¿no? Yo estoy esperando que aparezca una nueva generación, un ciclo nuevo del folklore boliviano.
- Ustedes que tienen un mensaje de unidad nacional, ¿cómo ven la situación social y política actual del país?
- O. C. Es un conflicto muy difícil porque hay intereses muy grandes políticamente hablando. Nosotros, como Savia Andina, tenemos una política que es ser absolutamente imparciales y con una bandera que es rojo, amarillo y verde. No nos interesan otros colores, pero sí se respeta el pensamiento e ideología de cada uno de los integrantes. Y somos tan diferentes políticamente hablando que no hay coincidencia de ninguna naturaleza, pero lo importante es lo que hacemos sobre el escenario: una comunión perfecta en lo musical.
Ahora preocupa lo que está pasando en Santa Cruz, veintitantos días parados, con una polarización grande, hay gente que quiere trabajar y gente que no quiere. Yo lo que veo, personalmente, es que el gobierno no hace nada. El gobierno tiene que intervenir para solucionar problemas, la policía tiene que estar en medio resguardando el orden público, a uno y a otro. Pero tampoco estoy de acuerdo con la indisciplina y el matonaje del otro lado. Nadie gana en esta champaguerra, todos perdemos, el país pierde. Nosotros con nuestra música no podemos hacer mucho porque no somos panfleteros. Hacemos canción social, “El minero” es una canción social, “K’alanchito” es una canción social; hablar del amor y desamor es también social. Pero no somos panfletarios ni pa Dios ni pal Diablo. Esa es nuestra política y eso nos ha mantenido 47 años.
- Con una formato musical tradicional, ¿cómo se llevan con la tecnología?
- O.C. Uno no puede estar ajeno a la tecnología, por algo han estudiado los genios. Hoy estreno unos bombos que no tienen caja acústica, pero, bien amplificados, suenan perfecto. A mí me ayuda porque no tengo que estar cargando y llevando, ya me pudrí de cargar tanta vaina. No dejo, por imagen, el bombo legüero, que siempre es parte fundamental. La tecnología hay que aplicarla en la medida que amplifique el sonido para la gente, pero no para distorsionar. No usamos autotune [N. d. E.: afinador automático]. Ahora el 99 % de las bandas usan doblajes, samplers [N. d. E.: pistas pregrabadas]. Tú escuchas y nadie está tocando. Eso es imposible. Para mí eso es engañar a la gente. También hay gente que no ha cantado en su vida y con el autotune canta cualquiera pues, hasta los perros cantan.
- ¿Savia Andina está preparando algún material nuevo?
- G.A. Estuvimos trabajando, pero con la pandemia se desbarató. El año próximo vamos a retomar un trabajo que dejamos trunco y yo creo que el próximo año vamos a presentar algunas nuevas propuestas con la influencia de todo lo que está pasando en el mundo, tantos cambios, tanta incertidumbre, acá mismo en Bolivia… tú sabes, el músico es sensible a esas cosas, entonces están saliendo algunas nuevas canciones que reflejan un poco lo que pasa en este mundo.
- ¿Darán más conciertos?
O.C. Estaremos en diciembre en Oruro, queremos ir a Santa Cruz, pero ahora es imposible por el problema social. Estamos trabajando más afuera, hace poco estuvimos en Estados Unidos y Perú, y pronto estaremos en Argentina.
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