El festival de teatro se realizó entre el 19 y el 28 de julio, en dos fines de semana consecutivos, bajo la gestión y organización de la Plataforma Teatral Cochabamba. Se presentaron seis obras con propuestas en la temática de protección al entorno natural.
Semana 1
El FESTINCO tiene la característica de plantear en cada versión una temática que sea urgente de tratar desde el arte. Este año se eligió que el teatro le preste su voz a la Madre Tierra para gritar las diversas problemáticas que sufre el medioambiente. Elencos de La Paz, Santa Cruz, Oruro y Cochabamba fueron parte de esta versión.
El 19 de julio abrió el festival la Plataforma Teatral Cochabamba con la obra En lo profundo del bosque, en el centro cultural Misk’i Cositas. Se trata de una dura crítica a los experimentos que fomentan la creación de armas químicas, y también habla de las pruebas sádicas en animales. Un trabajo intenso de expresión corporal acompaña una caracterización bien lograda. La obra utiliza diferentes recursos para generar la magia de adentrarse a lo profundo del bosque y encontrar seres mitológicos que contrastan con personajes realistas y crudos que le brindan dinamismo.
El sábado 20 entró en escena Ruta Teatro (Santa Cruz), con Los guardianes del oriente, que mostró una serie de personajes impactantes como La Boa, La Paraba Azul y el Jaguar, encargados de proteger la Amazonia de cazadores furtivos. La obra habla del tráfico de animales, un tema delicado y sensible que es abordado con equilibrio. La puesta en escena es clara y juega constantemente con la comedia y el drama: momentos de impacto se contraponen con diálogos absurdos e inesperados, llevando al público a diferentes estados de ánimo.
La primera etapa la cerró Teatro Azul (Cochabamba) con la obra Grita Pachamama escenificada en Jazz Stop. Una conmovedora historia que refleja el egoísmo del ser humano y el masivo talado de árboles. Pachamama es la parte sensible de la puesta en escena, observa y relata los hechos hasta desahogar su pena en un grito desgarrador.
Semana 2
El 26 de julio se dio paso a la segunda etapa del festival con otra obra de la Plataforma Teatral Cochabamba: Somos Agua, una instalación escénica que recrea los hechos que vivieron los cochabambinos en 2000 en la Guerra del Agua, la primera gran rebelión del siglo XXI en Bolivia, gestada para proteger este recurso natural. El público se volvió parte activa de la obra desde el inicio; pudo sentir la tensión constante, escenas repentinas lo llevaron a sentirse en medio del conflicto.
El sábado 27 de julio estuvo dedicado a la familia y sobre todo a los más pequeños. Tarambanas Teatro (La Paz) presentó una doble función de su obra El rey de la basura, por la mañana en la Fundación Phuskana y por la tarde en la Escuela de Arte Pata Pila. Los títeres fueron los protagonistas para contar una historia que hizo partícipes a las niñas y niños. La obra es clara, con personajes muy carismáticos que logran el objetivo de sorprender y reflexionar sobre la contaminación que genera la basura en el planeta.
El domingo 28 de julio se realizó el gran cierre del FESTINCO con el Colectivo Urus Delirium (Oruro) y la obra Los pueblos del agua, una crítica a los efectos negativos de la minería y la consecuente sequía en el lago Poopó. La obra ganó varios premios, entre ellos un Peter Travesí y un Fitaz.
La dirección de la obra es acertada, muestra fluidez, cambios de ritmo, escenas emocionantes y momentos cargados de comedia irónica que le dan equilibrio a la puesta en escena. Todo es funcional con un trabajo actoral honesto y comprometido, además de un buen manejo del vestuario y la musicalización.
Posteriormente, miembros de la Plataforma Teatral Cochabamba clausuraron el festival hablando de la importancia de incentivar eventos como este que trabajan por el arte en el país; enfatizaron en la urgencia de crear conciencia en la población, y lanzaron una crítica a las autoridades que no brindan el apoyo suficiente a este tipo de eventos que sensibilizan y fomentan el encuentro, la resiliencia y la autocrítica en la comunidad.
El actor Raymundo Ramos, miembro de la Plataforma, afirmó: “es responsabilidad nuestra tocar esta temática desde nuestro oficio, desde nuestro modo de expresarnos, el teatro”.
El FESTINCO invita a la sociedad a agendar el evento cada mes de julio y adelanta que la versión 2025 tocará una vez mas la temática de medioambiente, para dar paso a otros elencos y otras problemáticas inherentes que serán representadas desde las tablas.
Fotos: Diego Cadiz
Comments