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Foto del escritorvadik barron

El mar de Wiethüchter

La escritora, editora y música Cristina Wayar es parte de La valija de Penélope, un colectivo multidisciplinario que pone en valor la obra de Blanca Wiethüchter. En esta entrevista nos da luces sobre el trabajo de reedición del emblemático poemario Ítaca y adelanta sobre la futura puesta en escena de Experiencia Ítaca. Después de la finalización la FIL La Paz el libro estará a la venta en las librerías Santillana de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.


- ¿Cuál es la trascendencia de Ítaca y de Blanca Wiethüchter en la poesía boliviana?

- Son varios los estudios críticos que la poesía y la obra escrita de Wiethüchter han provocado. Comprometida con la escritura, Blanca produjo bastante y con alto nivel: 15 poemarios, varios ensayos, textos narrativos, textos de crítica literaria, guion cinematográfico e incluso dramaturgia. Ella eligió el castellano local, lengua de su vida social, mas no materna, para “reflexionar” sobre el habla, el lenguaje y los discursos e imaginarios, y también sobre las voces que dicen y las que callan. Para la autora, vida y obra eran las dos caras de una misma moneda y por ello la vitalidad de su escritura enriquece los horizontes de cualquier lector, más si es boliviano.


En el caso específico de Ítaca, la labor intertextual con la literatura clásica, con Homero, pone en tensión varios hilos: lo público enfrentado a lo íntimo, lo grandilocuente y heroico frente a un tejido delicado y poblado de silencios, el lugar discursivo dado al sujeto femenino a lo largo de la historia subvertido por un sujeto femenino creando su propio discurso. Varias veces he pensado que a los bolivianos Ítaca nos da más mar y territorio que todo el palabrerío sobre reivindicación marítima.


- ¿Qué reflexiones y conceptos aporta esta reedición?

- En el proceso de creación de “Experiencia Ítaca” notamos la necesidad de que el público asistente a nuestra versión oral y en convivio pudiera disfrutar de la obra original, impresa. Por ello, propusimos a Santillana realizar una nueva edición que ha mantenido la organización espacial de los versos y las ilustraciones de la primera edición, pero ha variado la disposición y selección de fragmentos de los dibujos que realizó Alex Pelayo.

Además, esta nueva edición inicia con un prólogo escrito por Valentina Villalpando Wiethüchter, la hija menor de Blanca, que propone líneas de lectura apuntando símbolos y referencias a la sabiduría alquímica. Otro añadido es que el libro termina con un breve estudio con apuntes biográficos, contextuales sobre la obra de Wiethüchter y acerca de Ítaca que redacté para proporcionar herramientas de lectura y vigorizar el acercamiento que tenga el lector al poemario.


- ¿Quiénes componen La valija de Penélope y de qué manera participan en esta nueva reedición?

- La valija de Penélope se conformó en realidad para llevar el texto a escena. Convoqué a Canela Palacios y Roswitha Grisi-Huber para esta aventura músico-escénica que deseaba realizar desde hace casi 20 años. Las tres iniciamos el trabajo de mesa para la puesta en escena en agosto de 2022 y ensayamos semana a semana desde entonces. En el camino nos dimos cuenta de que la reedición del libro era imprescindible para que Experiencia Ítaca llegue también, como poesía pura, a los espectadores. Una vez que, con la participación de las hijas de Blanca, el libro estuvo listo, como elenco planificamos una breve puesta específicamente para la presentación del libro en la FIL.


En el proceso, además de reeditar el libro, como La Valija de Penélope creímos conveniente realizar una exposición previa que dé contexto y active la sensorialidad de los espectadores. Y si hay un antes, también puede haber un después; por eso decidimos ofrecer actividades, o impulsos creativos, para que cada espectador, luego del viaje colectivo, se permita un viajecito artístico, creativo e íntimo. Para lograr todo esto, a partir de abril fuimos sumando valiosas personas al equipo y terminamos siendo un grupo de ocho personas, casi todas mujeres, que nos hemos distribuido las distintas tareas.


Dirección artística: Roswitha Grisi-Huber

Composición musical: Canela Palacios

Interpretación actoral: Cristina Wayar

Curaduría de la exposición: Camila Molina

Redacción de impulsos creativos: Cristina Wayar

Vestuario: Amina Rojas

Iluminación: Ignacio Loayza

Comunicación y gestión: Mabel Franco

Diseño gráfico: Camila Molina

Audiovisual: Ignacio Loayza

Asistente de producción: Moema Beckmann

Producción ejecutiva: Cristina Wayar y Roswitha Grisi-Huber


- En este diálogo con Ítaca, ¿cuál es la propuesta escénica de Experiencia Ítaca?

- Lo primero es devolver la poesía al espacio oral, ese semejante al que aedas y rapsodas creaban para contar las historias de los héroes griegos, pero también parecido al del soliloquio de quien no tiene más interlocutores que las ausencias. Buscamos también explorar el nivel sonoro del lenguaje, tan presente en la poesía, y potenciar el oído como canal de percepción. La propuesta escenográfica es sonora y el recorrido por los días y las noches, por las acciones y reflexiones de Penélope, se escucha con los ojos y se mira también con los oídos.


Conscientes de que el espectador no es un ser pasivo hemos apostado por involucrarlo a través de todos los sentidos, también con experiencias para el olfato y el tacto en la exposición. Deseamos que el tono tan íntimo del texto de Wiethüchter no solo se escuche, sino que se experimente tanto en el espacio del convivio como en la libertad creativa y al propio ritmo que ofrecen los impulsos creativos.


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