La Reunión Anual de Etnología (RAE), secundada por el lanzamiento de un nuevo catálogo y una exposición temática, se revitaliza este 2022 con más de 113 ponencias y 237 expositores que amplían el radio a la gastronomía, turismo e ingeniería de alimentos. La Trini conversó con el jefe de la Unidad de Investigación del Musef, Salvador Arano.
- ¿Cuáles son las líneas y conceptos para esta versión de la RAE?
- Este año, lo que plantea el Museo de Etnografía y Folklore (Musef) para la RAE es el tema Crianza mutua y alimentación, que es la crianza mutua de las vidas, enfocada en las relacionalidades que existen entre los diferentes seres, no solamente viendo al ser humano como el domesticador que está por encima de los demás, sino vinculado de manera transversal a todos los seres que existen en el mundo, sean seres animales, vegetales, cerros, tutelares, dioses… de la forma en la que los queramos llamar, siempre va a haber una mutua correspondencia.
En este sentido, al hablar de alimentación nos estamos centrando en que la crianza que hacemos de los diferentes alimentos es una relacionalidad entre seres que se da de forma recíproca y horizontal, porque si nosotros los criamos, ellos en el futuro también nos van a criar, nos van a proveer de esos alimentos. Entonces, no existe una superioridad de uno sobre el otro, sino que están todos en la misma base y se van relacionando entre sí.
La RAE nos plantea este año generar ese tipo de debates en cuanto a nuevas formas y perspectivas que existen en torno a la alimentación y a la crianza mutua, centrándonos sobre todo en propuestas locales, de poblaciones indígenas, de comunidades locales y rurales que están en contacto permanente con esta crianza mutua y la forma de relacionalidad con los diferentes seres.
- La museografía del MUSEF ya ha aportado y desarrollado importantes ideas como la de la vida social del objeto, por ejemplo, ¿cómo se entiende el aspecto etnográfico y académico de la cadena operatoria de la alimentación?
- El Musef, ya desde hace una década, va trabajando este tema de la cadena operatoria: cómo se van produciendo, reproduciendo e insertando los objetos en la vida social. En este caso, tomamos en cuenta los alimentos, que también son parte de una cadena de relaciones y producción que se da en torno a la alimentación. Vemos a los alimentos como un principio vital y fundamental en torno a la crianza mutua que, como habíamos mencionado, parte de un proceso de reciprocidad para poder tener y mantener un equilibrio en la vida.
De la misma forma, lo que intentamos con las cadenas operatorias, es reflejarlas en la museografía en diferentes aspectos. Eso está armado en tres salas. La primera sala trata de mostrar los objetos como tal, las herramientas de cultivo y recolección, algunos contenedores de alimentos, sobre todo basado en las colecciones que posee el museo. A la par, en esta sala se van a sumar algunos elementos en cuanto a tecnología, ingeniería e hidráulica, sobre todo la utilizada desde tiempos prehispánicos en la agricultura de los diferentes periodos.
Una segunda sala, que vendría a ser el patio central, nos muestra cómo se transforman estos alimentos, las diferentes técnicas que existen para ello. Tenemos, por ejemplo, la fermentación de la chicha, la congelación de la papa para volverla chuño, el uso de diferentes cocinas y fogones que se han utilizado y que se siguen utilizando en las diferentes regiones del país. Y a esto se suman algunas esculturas y representaciones de collcas o almacenes para poderle dar un poco más de vida a la museografía y mostrar, de alguna forma, esta relación que existe entre los seres humanos, los espacios y los alimentos.
Por último, la tercera sala es más que todo reflexiva, y trata de mostrarnos los cambios que han existido en los esquemas alimentarios con los diferentes problemas que tienen la implementación de algunos cultivos introducidos, la expansión de la frontera agrícola que no solamente dañan la supervivencia de las poblaciones, sino que también desequilibran todo este sistema alimentario que se venía manejando desde épocas prehispánicas. Es más que todo un llamado a la reflexión, con un fuerte contenido político, para poder ver el posible daño que se está haciendo en torno a la alimentación y ver qué podemos hacer, qué podemos rescatar de lo que hemos visto en las anteriores salas para replantear un nuevo horizonte alimentario en el país y en las distintas regiones.
- Cuéntenos un poco del evento. ¿Cuántas ponencias se presentan?, ¿qué trabajos destacan en esta edición?
- Se podría decir que esta RAE es la más fuerte después lo que se ha vivido en estos últimos dos años de la pandemia y, si bien los anteriores años ha habido una versión netamente virtual y otra virtual y presencial, por todo lo que ha significado la pandemia se ha tenido restricciones y obviamente el número de expositores se ha visto reducido.
Sin embargo, este año creo que hemos aumentado en grandes proporciones todo ello y actualmente tenemos alrededor de 113 ponencias en mesas, cinco ponencias magistrales que se van a repartir en los diferentes días de la semana, cinco muestras audiovisuales y 44 trabajos que se van presentar en submesas. En total, hemos podido registrar 237 expositores. Tenemos una gran participación y un gran movimiento porque creemos que el tema es muy importante y ha levantado mucha expectativa en diferentes sectores, no solamente en ciencias humanas y sociales, como venía siendo, anteriormente, sino que se ha llegado a lo que es la gastronomía, el turismo, la ingeniería de alimentos, diferentes ramas se están sumando porque el tema así lo demanda.
En cuanto a los trabajos que se destacan tenemos un sinfín y variedad de ponencias: las que plantean aspectos teóricos de lo que es crianza mutua o la uywaña o el uyway, diferentes conceptos locales que se manejan; tenemos trabajos sobre arqueozoología, arqueobotánica, que nos muestran el consumo de fauna y vegetales en épocas prehispánicas desde el periodo formativo hasta la época colonial; también tenemos estudios a partir de fuentes históricas o crónicas que empiezan a ver cómo ha ido transformándose la alimentación desde la llegada de los españoles.
Hay una batería de trabajos etnográficos que hablan de cómo se va dando en distintas regiones y comunidades del país esta crianza mutua y cómo se transforma la alimentación dependiendo de las regiones, de la accesibilidad, de los recursos económicos y también mencionan la implementación de nuevas tecnologías porque, quiérase o no, son parte de todo este proceso.
Lo importante es ver cómo la mayoría de estas ponencias están trabajando a la par con comunidades locales, insertándose y mostrando lo que las poblaciones indígenas tienen para decir en torno a la alimentación, no solo mostrándonos el punto de vista del investigador sino un trabajo cooperativo, de coparticipación entre poblaciones locales y académicos. Creemos que eso es lo que resalta en esta edición y esperamos que en un futuro sigamos replicando este tipo de trabajos.
- La exposición Uyway-Uywaña: Crianza mutua para la vida, es un evento que se realiza simultáneamente a la RAE, ¿es una actividad independiente o complementaria a la reunión?
- Son dos actividades complementarias que prácticamente tienen el mismo tema. La RAE es sobre Crianza mutua y alimentación y la exposición es Crianza mutua para la vida, ambas están relacionadas, tienen mucha cercanía y se plantean de la misma forma como cada año se viene realizando.
Al mismo tiempo, hay un tercer producto que es un catálogo que también está relacionado con la crianza mutua y nos presenta diferentes artículos de investigación que versan sobre este tema y, obviamente, el catálogo de las diferentes piezas que se están mostrando en museografía en exposición, ya un poco más detalladas y con datos específicos para que la gente pueda consultar. En esta presentación vamos a mostrar todo lo que vamos a llevar a cabo en lo que queda de la gestión 2002 y en el primer semestre de 2023, todo enfocado a lo que es crianza mutua y alimentación.
Comentarios